Sunday, October 22, 2006

I

Hoy la observaba, como quien mira un árbol de fruta, con ansias de tomarla, desnudarla, besarla y hacerle el amor en un altar.

La tomo de la mano en la calle para detenerla

-Mi nombre es Carlos- ella lo miraba con asombro, con miedo, con asco, ¿de que otra forma se puede ver a un hombre que apesta a licor y a meses sin bañarse, que esta lleno de mugre y le falta un dedo en la mano derecha? –…y te amo-

En ese momento de entre su ropa andrajosa saco una pequeña pistola y disparo contra el pecho de la esbelta mujer. Con un rápido movimiento arranco el blanco vestido lleno de sangre y corrió entre las calles oscuras dejando el cadáver de su madre semidesnudo en la acera

3 comments:

Raúl Aníbal Sánchez said...

Y pensaba que era yo el que necesitaba terapia...


:P

TÓXIK said...

orale.... O_o Debo confesar que me parecio bueno el cuento, pero no ,e esperaba lo último....

salu2

TÓXIK said...

orale.... O_o Debo confesar que me parecio bueno el cuento, pero no ,e esperaba lo último....

salu2